Ayúdanos a combatir la desnutrición e inseguridad alimentaria.
En África, se vive al día, al momento, cada día es un obstáculo difícil de superar, la imaginación no sobrepasa las veinticuatro horas, no se hacen planes ni se acarician sueños». Mucho nos queda aprender de ella. A la espera de ver cómo evoluciona la pandemia.
#YoMeSumo
Es un esfuerzo titánico tanto para el área rural, donde vive un 60 % de la población y es frecuente la economía de subsistencia, como para las ciudades, donde abunda el urbanismo mal planificado en la periferia, con infraestructuras deficientes y acceso inadecuado al suministro de agua, saneamiento y manejo de residuos.
Con uno de los sistemas de salud más frágiles del mundo, África soporta una cuarta parte de la carga global de enfermedad y cuenta tan solo con el 3 % de los trabajadores en salud.
La pirámide demográfica en países africanos es muy diferente a la nuestra, con una población mucho menos envejecida. Esto nos llevaría a pensar en una mortalidad inferior por COVID-19, pero la proporción de individuos que tienen el sistema inmune comprometido es muy superior…
En junio de 2020 se han confirmado alrededor de 1200 casos de COVID 19 en el país y aunque comparadas con las cifras españolas pudieran parecer menos preocupantes, la imposibilidad de mantener distancias y extremar las medidas de higiene son condiciones casi imposibles de cumplir en la mayor parte del territorio. Recordar las consecuencias del ébola se está convirtiendo en una pesadilla de la que es difícil despertar para muchos.
Todos hemos podido constatar que el virus no entiende de fronteras ni nacionalidades, sin embargo, sus consecuencias son muy diferentes según el país, la situación socioeconómica, la calidad de los servicios sanitarios y su accesibilidad para la población. Desgraciadamente, Sierra Leona no puede ni por asomo ofrecer los mínimos servicios sanitarios y hospitalarios para tratar una ola de pacientes como la que puede sobrevenir. Como muchos otros vecinos africanos, sus esfuerzos se concentran en la prevención porque en realidad no puede hacerse mucho más, al menos no con sus propios medios.
En este momento, es difícil decidir los apoyos, porque la humanidad entera está sufriendo los efectos del virus, y sus consecuencias a nivel económico ya se están dejando sentir.
Pero para este país llueve sobre mojado. En los meses previos a la llegada de la pandemia ya notamos un incremento notable del número de personas que llamaban a nuestra puerta pidiendo ayuda para alimentarse. La escasez de gasolina llevó a un aumento del precio de todos los productos de primera necesidad y aunque no se llegó al desabastecimiento total, los alimentos se habían encarecido tanto que muchas familias no eran capaces de subsistir por sus propios medios, no alcanzando los ingresos ni tan siquiera para hacer una comida diaria.
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En esta tesitura, el virus y las oportunas medidas de aislamiento no han hecho sino agravar la situación. Periódicamente se implementan medidas de confinamiento estricto por varios días, y mientras dura el estado de alarma, cada distrito está aislado de los demás.
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A través de internet se ha creado un sistema para solicitar permisos especiales de acceso interdistrital, sin embargo, esta herramienta no está funcionando y en la realidad son pocas las personas que logran acceder a poblaciones fuera de su distrito.
Las consecuencias son nefastas: tanto los pequeños agricultores como los comerciantes ven cerradas las vías de acceso a los mercados, lo que hace imposible que puedan desarrollar ninguna actividad comercial. Los alimentos escasean y sus precios se elevan exponencialmente.
Teniendo en cuenta que la mayoría de la población sobrevive ganando a diario su sustento para manutención, el freno a esta actividad económica está condenando a las familias al hambre y la desnutrición, siendo los niños y niñas los más vulnerables a esta situación.
En palabras de las propias misioneras “la pandemia con sus “pocos” casos está quebrando más aun la economía que ya de algunos meses antes venia calando”.
Con donaciones de particulares y ONG hemos podido hacer algún reparto de alimentación, incluso en zonas recónditas, y fabricado y entregado 1000 mascarillas a las personas que acuden a nuestra clínica en la localidad de Mile 91, aprovechando que disponemos de máquinas de coser en nuestra escuela de formación profesional, ahora cerrada por imposición gubernamental.
Pero la situación es grave y no tiene visos de mejorar a corto plazo, y algunas organizaciones como Oxfam ya han anunciado su retirada del país por falta de fondos.
Las imágenes muestran las actividades que se han venido realizando en las últimas semanas:
Entrega de comida a familias
Con carácter general, y aunque nuestra actividad principal está centrada en la educación desde infantil hasta secundaria, no hemos dejado de atender a personas en situación de especial vulnerabilidad. Con comunidades en varios puntos del país, y vehículos todo terreno, hemos sido capaces de llevar alimentos incluso a las zonas más aisladas, guiadas siempre por el espíritu misionero.
Se han repartido paquetes de comida con un coste de 25 euros y consistentes en 25 kg de arroz, 12 l de aceite, 1 paquete de sal y 1 kg de leche en polvo que están siendo en muchos casos el único sustento con el que están contando las familias en este momento.
“Oportet Illum Regnare”, urge que Él reine, es nuestro lema, y ahora más que nunca, urge también que en cada uno de nosotros despierte la llama de la solidaridad.
¡Con 25 euros podemos conseguir que una familia de 4 -5 personas se alimente durante todo un mes! ¡Juntos podemos seguir vacunando contra el hambre!
Se han repartido paquetes de comida con un coste de 25 euros y consistentes en 25 kg de arroz, 12 l de aceite, 1 paquete de sal y 1 kg de leche en polvo que están siendo en muchos casos el único sustento con el que están contando las familias en este momento.
“Oportet Illum Regnare”, urge que Él reine, es nuestro lema, y ahora más que nunca, urge también que en cada uno de nosotros despierte la llama de la solidaridad.
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